Matutina Juan 3:15
Vespertina Daniel 12:2
Ayer, qué lejos quedó. Aquel ayer de sueños, anhelos, y caprichos. Las páginas borrosas gastadas, casi imposibles de leer, están sepultadas en el deteriorado cofre de mis memorias.
Cuántos errores, tropiezos, y fracasos imposibles de borrar y mucho menos de reparar. Ayer se fue, llevándose en sus aljabas todas esas cosas de las que me avergüenzo y siento dolor.
Ayer se fue como se ha ido mi juventud y mi vigor, pero hoy alguien que me ama, con su mano piadosa y amante me ha entregado una página nueva, limpia y resplandeciente para que vaya escribiendo en ella sueños de eternidad y anhelos de vida eterna.
Cristo vive y está a la diestra del Padre intercediendo por nosotros. Allégate a Él. Solo Él tiene la solución.
Preocúpate por los demás, imparte amor, depón tu cara de amargura, sonríe, ve alegre por la vida, no exhibas tu dolor. Ya verás cómo un día, cuando menos lo esperes, saldrá tu sol y se aclarará tu horizonte.
Mientras tanto piensa en lo que tienes: Hoy tengo la oportunidad de labrarme un futuro luminoso, de adquirir un nuevo nombre, de alcanzar la tan soñada y ambicionada ciudadanía celestial.
Hoy tengo la oportunidad, si soy sabia y sé aprovechar los días que me quedan por vivir, de llegar a ver cara a cara a ese Rey de reyes y Señor de señores y a su amado Hijo Jesucristo. Poder sentarme a la mesa de sus convidados y beber del agua de vida que salta para vida eterna. Poder caminar por las calles de oro de la Santa Ciudad.
-Minerva G. Acanda
Hoy tengo la oportunidad de tener un nuevo nombre escrito en el libro de la vida eterna.